viernes, 20 de diciembre de 2013

Es tan complicado olvidar algo que quieres recordar, que necesitas, algo tan vital como el oxígeno, algo tan mortífero como la ausencia del mismo.
Demasiados tiempo ha pasado para ser algo pasajero, demasiado eterno se ha vuelto tu nombre en mi mente.


1 comentario:

  1. Está encendida la penumbra, la habitación es esclava de un duermevela tedioso, las calles son proclives a no vernos en años, las grandes avenidas saben que algún día partiré, las paredes padecen al sustentar el dolor que ya no aguantan mis labios, mientras la libertad crepita envejecida entre tus piernas. Las noches aun muerden y lo único que pido es un susurro, un susurro que recuerde el tiempo destilado en tus labios herméticos, palabras sencillas que escupa tu boca y ahogue mis latidos, enfundando para siempre tu recuerdo antes de desfallecer en el instante. Algo, lo que sea, que me diga que en la noche existes y no fue un sueño a pesar del insomnio. Llegarán sobresaltadas las preguntas que permanecieron en el tintero, pido que permanezcas inmóvil y susurres que no estoy loca, que a pesar del cansancio no estoy loca. Así podré vomitar el tiempo perdido en un andén y desvanecerme entre las ruinas, para reconstruir las venas abiertas que supuran con certeza, un amor que ya no consiente cabida, susúrrame, que vuelva.

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